*Por Sergio Rocha: Prof. de los cursos “Coaching Organizacional” e “Inteligencia Emocional y Neurociencias en las organizaciones y en la formación personal”
La Inteligencia Emocional podría definirse como la capacidad que tiene una persona de manejar, entender, seleccionar y trabajar sus emociones y las de los demás con eficiencia y generando resultados positivos.
Las características de la llamada inteligencia emocional son:
El grado de dominio que alcance una persona sobre estas habilidades resulta decisivo para determinar el motivo por el cual ciertos individuos prosperan en la vida mientras que otros, con un nivel intelectual similar, acaban en un callejón sin salida.
Varios investigadores en el campo de las Neurociencias y la Psicología han comprobado que las personas que utilizan la inteligencia en el campo emocional, tienen más probabilidades de alcanzar un excelente rendimiento a nivel laboral. Esto sucede debido a que la Inteligencia Emocional favorece los vínculos personales saludables, en el trabajo y en todos los ámbitos de interacción, ya que incluye la habilidad de comprender y responder adecuadamente a las emociones de otras personas.
Gracias a los avances de las Neurociencias y los aportes en el área de la Psicología Positiva, podemos comprender cómo intervienen múltiples procesos psicológicos y neurobiológicos en nuestros comportamientos y respuestas cotidianas.
La neurociencia es una disciplina que incluye muchas ciencias que se ocupan de estudiar, desde un punto de vista inter, multi y transdisciplinario la estructura y la organización funcional del Sistema Nervioso (particularmente del Cerebro).
Comprender la fisiología cerebral es imprescindible para poder comprender nuestros comportamientos y los procesos de enseñanza-aprendizaje; y también para poder aplicar herramientas que ayuden a la modelación de los estados emocionales, permitiéndonos cada día ser un poco más felices.
La neurociencia está revolucionando la manera de entender nuestras conductas y lo que es más importante aún: cómo aprende, cómo guarda información nuestro cerebro, y cuáles son los procesos biológicos que facilitan el aprendizaje.
El avance de estos últimos años en la utilización de la Inteligencia Emocional y los descubrimientos y avances de la neurociencia y de otras disciplinas afines a las conductas humanas, en vinculación con Ciencias de la Salud, Ciencias de la Educación y Ciencias Sociales, ha conseguido que los beneficios de la investigación científica puedan integrarse y llegar a los diferentes ámbitos de nuestra vida: personal, de pareja y familiar, laboral, educación y sociedad. Es así como hoy el estudio y el uso de la Inteligencia Emocional y las Neurociencias son aplicables a los campos de la Salud, la Enseñanza, el Marketing, el Management, a la vida laboral en general y a la vida personal de relación diaria.-